La época actual, teñida con todos los síntomas de una decadencia que no encuentra barreras, es un tiempo despreciable. Bajo sus estructuras, que se descomponen a la luz del sol como un cadáver, la disolución social, política y cultural está sacando a la luz poco a poco la porosa osamenta de una civilización igualitaria condenada a muerte, haciendo patente así la absoluta desgracia que se abate sobre Europa y que puede abocarla al naufragio.
JuventudInfame
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